MEDITACIÓN GUIADA EN PROCESO DE DUELOS
Recientemente, nos reunimos seis personas en una sanación de grupo, para procesar juntos una pérdida, expresando y compartiendo el proceso interno. —Fue nuestro motivo de encuentro.
A continuación quedan reflejadas –a manera de síntesis– algunas ideas
que cubrimos, en forma de meditación guiada y varias preguntas reflexivas en los
siguientes cuatro pasos…
CONECTAR CON NUESTRA PRESENCIA 1/4
Comenzamos poniendo foco en nuestro
centro-cardíaco-respiratorio.
¿Qué valor le damos a las cosas?
Sin
duda, la respiración ocuparía el primer lugar. Así sucede desde nuestra primera
bocanada de aire que tomamos después de nacer. —En menos de 3 minutos
falleceríamos por falta de oxígeno.
Al recalar en nuestra respiración, nos
situamos en el momento presente y nos encontramos más atentos. “Ni en
el ayer ni en el mañana, sino en el hoy, estando atentos ahora”.
“Puede
que se argumente que la respiración es un proceso automatizado, pero no
cabe duda, que al hacerla consciente,
nos proveemos de ciertas ventajas: como la de sentir sosiego o conectar con
nuestra propia presencia”.
Fijemos ahora nuestra atención en el centro-cardíaco-respiratorio. Propiciemos que
nuestros pensamientos se minimicen de forma gradual, neutralizando la
intensidad mental, con propósito de fijar la atención en nuestro corazón y
respiración.
Hagamos que la mente pase a
ubicarse al servicio del corazón y no a la inversa. Como resultado, ampliamos nuestro campo de
consciencia y capacidad empática hacia nosotros mismos y hacia los demás: —desde
el sentir.
Asimismo, dirigimos la atención a los órganos vitales y ponemos foco en el estado
general de nuestro cuerpo y las distintas partes del mismo. Con gratitud, le dedicamos unas respiraciones a
modo de guiño, allí donde se requiera atención interna y regeneración.
Podemos
apoyar las palmas de las manos sobre una zona concreta del cuerpo que
requiera equilibrio, y exhalamos relajadamente varias veces, sintiendo y
palpando la zona con sosiego y neutralidad.
SENTIRSE VIVOS 2/4
En algún ínfimo lugar de este inconmesurable universo, la vida se dio y fluye a través de nosotros:
—¿Sientes
que estás vivo?
—¿Sientes ahora tu presencia?
—¿Amas la vida que fluye a través
de ti?
—¿Cómo es tu día a día?
—¿Qué hay de natural en ti que te hace sentir vivo?
—¿Cuánto haces por ti, para proveerte de entusiasmo, haciendo más
de aquellas actividades que te agradan?
En procesos de duelo, añoramos quizá la presencia de la persona que vivió entre
nosotros. Ese ser que añoras... ¿Desearía
que tú fueras feliz ahora? En cualquier caso:
—¿Nos
vamos a dar permiso para amar la vida que se nos brinda?
—¿Comprendemos mejor
nuestra vida, después de integrar en nuestra consciencia, el sentido de la muerte terrenal?
MÁS CERCA DEL SER Y DE LA UNIDAD 3/4
Una realidad mental y dual, nos conduciría a experimentar la vida desde la
separación: a sentirnos fragmentados por la clase de pensamientos que generamos.
En cambio, al sosegar la mente, podemos ampliar otros centros de percepción.
“Y
es que la ciencia nos puede jugar una mala pasada, si se aleja de La Naturaleza”.
Puede que aún no comprendamos metafísica o espiritualidad desde nuestra
mente humana. Y por desconocimiento, nos conducimos a vivir una experiencia vital alienada
y descontextualizada de leyes naturales o espirituales.
Así que en procesos de duelo, podemos vivir la experiencia de pérdida como una
separación, desde la mente categórica y concreta del hemisferio izquierdo del cerebro.
Pero si recurrimos al hemisferio derecho del cerebro, y
también conectamos con otros centros de percepción, como el corazón, el propio
cuerpo, o los centros energéticos denominados chakras... estaremos en una mejor
disposición de vivir experiencias integrales y metafísicas en primera persona, que nosotros mismos
validaremos.
Al escuchar nuestra voz interna, evitaremos interferencias externas.
“Dejándonos
guiar por la intuición –y conectándonos con nuestra presencia– nos
aproximaremos a la noción y condición de nuestro propio espíritu.”
La
Espiritualidad sirve a su
vez de puente para conectarnos con todo, todos y la Unidad; incluso con
el
registro de las conciencias de los que aparentemente han dejado este
plano; ayundando a que sintamos más alivio o sensación de continuidad...
y no de separación o de ruptura.
Nos daríamos entonces permiso para vivir experiencias espirituales con
naturalidad y en el marco de la supra-consciencia. —Puede
que estas ideas contribuyan a evitar sentirnos fragmentados.
GRATITUD Y APRECIO A LA VIDA 4/4
Si ahora apreciamos más la vida, en consecuencia, nos amamos más. Y si ahora sentimos
una especie de amor incondicional interno que nos nutre y dignifica como ser
humano, es quizás señal de que nuestra autoestima se haya reforzado y
sintamos como una mejor predisposición para amarnos. Y por tanto, de amar a los
demás y lo que nos rodea; compartiendo con humildad y amabilidad.
«La
gratitud hacia la vida es una sensación de entusiasmo calmado, que nos dota de
entereza y fortaleza interna».
Pareciera entonces que no hay
ya tanto ruido externo o en nuestras relaciones interpersonales, porque de alguna manera,
conservamos la calma internamente.
Puede que ahora sintamos incluso como una especie
de gratitud y aprecio hacia la vida de manera sutil y casi silenciosa. Sin duda, es
un cambio de actitud existencial:
“Procedíamos
de la carencia y pasamos a la abundancia consciente”.
Meditación Guiada en Proceso de Duelos.
| #Arkaditeca | 9 de diciembre de 2021
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