«El
tamaño de sus ojos quizá auspiciaban que sería testigo consciente y
despierto de los tiempos que corrían en el siglo XXI. A lo largo de la gestación habría ido palpando un amplio espectro de estímulos y sensaciones. Y en los años venideros
iría manifestándose con más o menos autenticidad en el mundo. Con su llegada, desde su primer aliento,
se había propiciado un punto de inflexión significativo: tanto en la propia
vida que ahora emprendía como en las de su entorno».
«El
tamaño de sus ojos quizá auspiciaban que sería testigo consciente y
despierto de los tiempos que corrían en el siglo XXI. A lo largo de la gestación habría ido palpando un amplio espectro de estímulos y sensaciones. Y en los años venideros
iría manifestándose con más o menos autenticidad en el mundo. Con su llegada, desde su primer aliento,
se había propiciado un punto de inflexión significativo: tanto en la propia
vida que ahora emprendía como en las de su entorno».
EL HIJO CONSCIENTE
El rol que ejercerían los padres en la tutoría del pequeño sería determinante: bien
para orientarlo a su Programa Original Interno, o para que la balanza acabara inclinándose hacia previsibles automatismos educativos o de comportamiento…
—Y es que pareciera que ya no vienen a
aprender; sino, más bien, a invitarnos a descubrir el Orden Superior Espiritual, y que éste redunde entre nosotros.
Con una actitud no invasiva hacia el nativo ―como observadores― permitiríamos
la expresión de la Presencia Espiritual en conexión a su Yo Superior. Huiríamos
de sistemas de creencias, o de falsas creencias, evitando
inculcárselas como terrícolas decapitados.
DESORIENTADOS COMO ADULTOS Y ALIENADOS DEL SER INTERNO
¿Hasta qué punto nos hemos desconectado
u olvidado de nuestro Origen Genuino Interno?
"La humanidad debía de estar inmersa aún, bajo algún tipo de paradigma y artefactos,
como que quizás, no terminábamos de solventar nuestras propias miserias".
¿Qué ignorábamos, o más bien, qué
se nos pasaba por alto?
Incorporaríamos evasivas, para sobrellevar los días a nuestro paso por la Tierra. Recurriríamos a sustancias o sucedáneos, ―evadiéndonos del momento presente para desestimarlo o suprimirlo―; evitando la conexión con el pulso y el latir interno.
No debemos desestimar los achaques y somatizaciones de bloqueos mentales y emocionales en el cuerpo; venidos en parte del desarraigo interno. Y en consecuencia, alienados del Yo Superior y de la Escucha Interna Activa.
LA INFORMACIÓN OMITIDA
No se puede afirmar que fuéramos educados precisamente para continuar vinculados a la
Voz Interior. Por tanto, si nos preguntáramos a continuación…
¿Qué le ocurre a un individuo, al que no
se le ofrecen nociones básicas que le permitan naturalizar su Ser ―inclusive su niña o
niño interior: su subconsciente―; y quizá, desarrollar su intuición o los distintos centros de percepción: no únicamente el mental, sino que también, el emocional, físico y espiritual; o aproximarnos a comprender
su propia existencia, ciclos, etapas y tránsitos de la vida por los que
transcurra?
Puede que la llegada de un Ser a la Tierra nos revitalice,
en un momento en que a la humanidad, se le estaba dando a entender, que la
población mundial resultaba ya excesiva; traducido en una sonada pandemia en
el 2020.
EL DESPERTAR DEL SER
La reflexión quizá perenne desde estas líneas apunta y sugiere que:
“Ganamos un tiempo
inestimable, cuando nos damos permiso de sanar y vivir en coherencia con
nuestro Ser y la Naturaleza”.
—Eso no resta que
seamos "Seres" humanos en constante evolución y aprendizaje.
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El Hijo Consciente y el despertar del Ser.
#Arkaditeca